Por: Ramón Bernal Godoy.
Hace pocas horas leí que el senador republicano Marco Rubio envió una carta al vicepresidente del Gobierno, Joe Biden, instándole a que “defienda los derechos humanos y la democracia” en su visita a Chile con motivo de la investidura de Michelle Bachelet como presidenta de ese país.
Por un momento pensé que Rubio había cambiado algunas de sus largas horas de descanso floridano por tiempo de estudio sobre la actualidad latinoamericana, sin embargo la ilusión duró poco.
Par de líneas más abajo noté que repetía los dictámenes injerencistas que su Gobierno -y más recalcitrantemente los senadores republicanos- lanzan sobre Venezuela y sobre los líderes de izquierda que mayoritariamente presiden la región, sumándose a una línea de conducta que parece calcada para todo aquel que provenga del establishment norteamericano.
Lo curioso es que este señor, con una marcada doble moral y que se describe como un celoso velador del respeto de los Derechos Humanos, nunca antes se había proyectado “tan preocupado” sobre la temática. Rubio no se ha pronunciado jamás sobre los asesinatos e ingobernabilidad extrema que tienen lugar en Libia, país donde su gobierno propició el desmantelamiento de un sistema político y el repulsivo asesinato de su presidente, o sobre su aliado incondicional, Israel, país que lidera los asesinatos selectivos en el medio oriente y que ha sido señalado en reiteradas ocasiones por la ONU como violador sistemático de los derechos humanos del pueblo Palestino[1], por citar solo dos ejemplos. ¿Que pasa? ¿Acaso al señor Rubio no le preocupan verdaderamente los Derechos Humanos?
¿O será acaso que solo le preocupa la región que despectivamente su gobierno ha catalogado por siglos como “el patio trasero”? ¿Pues entonces porque no se ha pronunciado jamás por los asesinatos de periodistas hondureños, o el burdo Golpe de Estado que aconteció en esa nación, o la falta de libertad de expresión y otras violaciones que allí están al orden del día?
Evidentemente Rubio, como diariamente lo hace la extrema derecha de ese país, demuestra con esta misiva que el sistema de salud en EE.UU. no está funcionando, pues de funcionar ya la “amnesia” e incluso la “estupidez crónica” que sufre debería estar erradicada o bajo tratamiento, no exagero.
¿Cómo es posible que un ser humano “sano” pueda referirse a América Latina diciendo que “Estados Unidos simplemente no puede permitir y ver cómo los autoritarios destruyen décadas de avances democráticos de dura lucha”? ¿Qué autoritarios? ¿Los electos en elecciones presidenciales al estilo occidental, es decir, en sistemas electorales bien parecidos con los que se eligen los mandatarios de España, Francia y otras “democráticas” naciones? Comprendo que su “capacidad intelectual” y ceguera política no le permitan validar las elecciones que durante más de 50 años han tenido lugar democráticamente en Cuba, que su “impotencia” ante el gigante moral que fue y será Fidel no le permitan reconocerlo como un líder genuino, pero de ahí a llamar “dictadores” a los Chávez, Correa, Maduro, Cristina, Lula, Dilma, Mujica, Ortega, entre otras legitimas figuras políticas me parece contradictorio y hasta una falta de respeto contra aquellos ciudadanos que les eligieron.
¿Qué avances democráticos están supuestamente en riesgo? ¿No sabe que fueron precisamente los años de desatención social, la pobreza, la indigencia, el neoliberalismo y la recesión los fenómenos que reinaban en nuestra América y que fueron el catalizador para la emergencia de tantos y tan capaces líderes de izquierda? ¿No sabe que lo que llama avance no era más que la pobreza de 211 millones de latinoamericanos al cierre de los años 90? Si hay algún avance en riesgo son precisamente los avances alcanzados por las políticas y gobiernos actuales, por la integración latinoamericana y por la obra de un ser de dimensión sobrenatural, el Comandante Chávez, y si algo lo está poniendo en riesgo es precisamente el injerencismo yanqui, los intentos de golpe suave, la manipulación mediática, el mercenarismo y la mentira.
¿De que años de “lucha” habla? ¿De la “lucha” ideada por Henry Kissinger y la CIA que le costó más de 50000 personas asesinadas, 30000 desaparecidas y 400000 encarceladas a las familias latinoamericanas? ¿Se refiere a esa lucha? Pues explíquenle que nuestros pueblos la recuerdan como “Operación Cóndor” o “fascismo norteamericano en contubernio con dictadores militares”, y no lo decimos nosotros los cubanos “comunistas”, lo dicen los documentos desclasificados por su Gobierno, los hallados “archivos del horror”, lo dicen las victimas, lo dicen los pueblos.
Rubio debería concentrarse en desarrollar su trabajo honestamente y vertir sus supuestas preocupaciones a lo interno. Debería desde su gabinete fabricar algún ventanal que le permita visualizar las horrendas torturas que sus “expertos” ejecutan en la ilegal Base Naval de Guantánamo, o más sencillo aún, crear un agujero con acceso al Bronx o a cualquier barrio o ciudad estadounidense donde habite uno de los 46,5 millones de estadounidenses que viven en la pobreza extrema, sí ya sé, es obvio, estas cuestiones no se corresponden con su concepto de Derechos Humanos, estos para él son temas de “Seguridad Nacional”, vaya desfachatez, para este senador morir torturado o morir de hambre parece no constituir una violación del derecho humano más elemental, el derecho a la vida.
No me extiendo más pues faltaría adentrarme en las acusaciones que Rubio, hace a Venezuela y su presidente en la citada misiva y ello sería como desmentir a Pinocho, interminable. En definitiva, tanto él como los que le rodean son los que han montado esta fábula, son los que pagan y diseñan, son los que difunden, son los que sueñan. Esperemos entonces llegue pronto el día que despierten y noten que América Latina no estará nunca más bajo sus hordas imperiales.
Así lo veo.
[1] En el 2011 el Comité Especial de la ONU concluyó que Israel viola sistemáticamente los derechos humanos en la Franja de Gaza, donde sus restricciones opresivas tienen carácter de castigo público. En 2009 el Comité del Niño de la ONU dictaminó que con el bombardeo de Gaza, Israel había asesinado niños y mujeres inocentes (+ del 40% de los fallecidos).
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