Romero: Plan conspirativo ‘golpista’ constaba de siete ejes

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, durante una entrevista en el programa ‘El pueblo es noticia’.

Tomado de: Cambio

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, destacó todo un proceso de planificación, organización, definición de la consigna, implementación de la logística y la ejecución misma de conspirar y desestabilizar al Gobierno.

“En la planificación decimos que el objetivo de la conspiración era derrocar o desestabilizar al Gobierno para usurpar los recursos naturales (minerales). Esta etapa de planificación supone el desarrollo de una organización, movilización, definición de la consigna, implementación logística con financiamiento, transporte y la ejecución de la movilización”, explicó durante una entrevista con el programa ‘El pueblo es noticia’.

Dijo además que el conflicto minero está caracterizado como una conspiración de connotación golpista conducida por Fencomin y parte de su dirigencia.

Romero detalló que este plan “conspirativo-golpista” apuntaba a validar 31 contratos con empresas extranjeras bajo el argumento de modificar la reciente Ley de Minería.

“Los cooperativistas mineros tienen 31 contratos suscritos con empresas privadas, que datan de antes de la actual ley minera, y pese a esa situación demandan mayores beneficios en desmedro del pueblo boliviano”, manifestó la autoridad.

El Ministro señaló que las ‘demandas’ del sector no fueron conocidas antes de las movilizaciones y que recién se supo lo que pedían cuando ya habían bloqueado la carretera.

“Nosotros no podíamos dialogar si no había ingresado un pliego de peticiones, y ahí se notó la intencionalidad política. Primero se inició la movilización y luego recién los mineros presentaron su pliego”.

Luego de recordar que los dirigentes de Fencomin amenazaron también con la toma de instituciones gubernamentales si el Gobierno impedía la llegada de capitales extranjeros en favor de su sector, Romero comparó este intento con los alzamientos de 2008 y 2009 por la denominada ‘media luna’.

“El movimiento del cooperativismo y la amenaza de la toma de instituciones públicas hacen recuerdo al movimiento cívico separatista denominado ‘media luna’, que a través de la violencia y el uso de la fuerza intentó desmembrar el oriente del occidente de Bolivia”.

El Ministro señaló que dicha modificación fue el pretexto para llevar adelante la movilización planificada meses antes con tareas logísticas y de otro orden. “Necesitaban un pretexto para llevar adelante su plan, y ése fue la Ley de Cooperativas”.

El paso posterior fue la elección del escenario de operaciones, una zona con serranías, relieves desde Mantecani hasta Panduro.

Los cooperativistas mineros se apostaron en  zonas de altura para atraer y enfrentar a la Policía con todo su arsenal, barricadas, trincheras y demás armas.

Las emboscadas provocaron que 145 policías sean secuestrados, torturados y amenazados.

“Unos cuantos les lanzaban dinamita, pero detrás del desnivel, detrás de los cerros, había gran cantidad de mineros que los esperaban para emboscarlos. Fue un procedimiento aplicado exitosamente porque el conflicto se produjo en un lugar abierto que impedía que los agentes químicos surtan efecto para hacer que se alejen”.

Personal de la Unidad de Bomberos Antofagasta constató que los mineros estaban fuertemente armados y que incluso diseñaron artefactos para causar el mayor daño posible a los policías, incluso matarlos.

En lugares estratégicos se encontró gran cantidad de dinamita, anfo, y artefactos diseñados artesanalmente para triplicar el alcance y la intensidad de la explosión.

Los mineros amarraban dinamita con piedras, rellenaron llantas, botellas y latas con dinamita, pedazos de vidrio y metal para lanzarlos a los policías.

Al estallar, estos elementos salían disparados a gran velocidad, causaron lesiones en cualquier persona ubicada en un radio de al menos 10 metros.

 

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