Amenaza inminente contra la revolución bolivariana en Venezuela y Nicaragua

Pero ¿Quién es Marco Rubio?

Nacido en Miami en 1971, es legislador por Florida. Es hijo de Mario Rubio y Oria García, que emigraron de Cuba a EEUU en 1956. Junto a Ted Cruz (Texas) y Robert Menéndez (Nueva Jersey) son los tres únicos legisladores estadounidenses de ascendencia cubana. En cuanto a su carrera política dentro del partido republicano se sabe que en el año 2000 fue elegido representante de Florida y en el año 2006, por cuatro años, fue portavoz del Parlamento. En 2010 Rubio es elegido representante por Florida, debiéndole su designación al ultra conservador movimiento político denominado Tea Party, contrario a las reformas liberales de Barack Obama, como la reforma sanitaria que iba a beneficiar a millones de desposeídos que no contaban con un seguro de salud, amén de otras ‘reformas’ que según aquellos atentaban contra los valores de EEUU. En 2015 Rubio anuncia su candidatura a la presidencia por el Partido Republicano, perdiendo ante el magnate Donald Trump en las elecciones primarias. También fue acusado de usar donaciones con su tarjeta de crédito personal, como la que le habría hecho la poderosa organización guerrerista Asociación Nacional del Rifle.

En líneas generales se puede decir que Marco Rubio es un alumno aventajado y férreo partidario de las ideas intervencionistas del ya desaparecido Bernard Lewis, asesor de George Bush Jr. y otros halcones de línea dura norteamericanos, y al que se le acusa de ser el autor intelectual en planificar la invasión de Irak con el pretexto de las armas de destrucción masiva que supuestamente poseía Sadam Husssein. Uno de los dichos favoritos de Lewis era “o te pones duro o te vas”, partidario de imponer sus ideas modernizadoras particularmente en países islámicos por la fuerza de las armas.

En la actual coyuntura política internacional se ha establecido que Marco Rubio está detrás de los ejercicios militares conjuntos “Unitas-lik 2018” que se están desarrollando en aguas territoriales de Colombia y que constituyen una amenaza para Venezuela, Cuba y Nicaragua. Este acto, además está en sintonía con la incitación del mencionado Marco Rubio  de perpetrar una agresión armada contra Venezuela. Estas maniobras consisten en prácticas de operación de interdicción naval clásicas de una invasión, que ahora se presenta como maniobras navales, como un supuesto apoyo a desastres naturales y climatológicos pero pueden favorecerse más bien con la llamada “intervención humanitaria”.

En el contexto actual donde se manipula y distorsiona la realidad venezolana, especialmente desde supuestos “institutos para la democracia” instalados en Florida (entre los cuales está el de Rubio y el de Carlos Sánchez Berzain), y para sustentar las campañas mediáticas apelando a la amenaza de una crisis migratoria y su efecto desestabilizador en la región, cobra fuerza la tesis de la llamada intervención humanitaria mencionada pero más bien dirigida a derrocar la Revolución Bolivariana.

La administración de Trump presionó fuertemente a sus aliados de la derecha en América Latina, integrados en el llamado “Grupo de Lima”, para que apoyen en la intervención militar multinacional  en Venezuela para deponer a Maduro. Pero hasta ahora no había logrado consenso para mandar a sus tropas, razón por la cual Estados Unidos reforzó sus maniobras para sustentar la idea de una intervención humanitaria, aprovechando las afectaciones que estaría causando a los países de la región la migración venezolana.

Estas maniobras EEUU y del llamado Grupo de Lima ha encontrado sorpresivamente el respaldo entusiasta del gobierno de Ecuador, que se ha prestado para tenderle una emboscada a Venezuela y Nicaragua en Quito la próxima semana, como una convocatoria a una reunión para supuestamente analizar dicha crisis migratoria.

En años recientes, cuando Colombia por un conflicto interno de grandes proporciones por los paramilitares de ultra derecha al servicio de Álvaro Uribe, desplazaban a millones de campesinos de sus tierras, Venezuela acogió generosamente a cinco millones de colombianos y nadie habló entonces de crisis humanitaria ni de intervención militar en Colombia. Del mismo modo luego del golpe de Pinochet en Chile, Venezuela acogió a muchos exiliados chilenos. Ecuador, por su parte recibió A DECENAS DE MILES DE COLOMBIANOS DESPLAZADOS POR EL CONFLICTO INTERNO.

En la misma medida en que a Estados Unidos, al Grupo  de Lima y a Luis Almagro les fallaron todos los intentos por derrocar a la Revolución Bolivariana mediante la violencia  y la subversión interna, ha crecido la desesperación y han ganado fuerza los tambores de guerra de los halcones bélicos y de sus partidarios latinoamericanos.

Ahora se suma un elemento muy peligroso, es que la agencia de la Naciones Unidas  para los refugiados, ACNUR, rememorando su triste papel en Somalia en la década de los 90′ se ha sumado a la creación de condiciones en Venezuela para respaldar la intervención militar de EEUU disfrazada de intervención humanitaria.

 

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