La Unión Europea (UE) y Cuba celebrarán mañana en Bruselas su primera reunión del diálogo estructurado sobre derechos humanos para determinar las modalidades de esa parte de su renovada relación, que incluye alcanzar un acuerdo de diálogo político y de cooperación.
«Los derechos humanos son un elemento esencial de las relaciones entre la Unión Europea y Cuba, y el diálogo ayudará a ambas partes a avanzar en este área», dijo la Comisión Europea (CE) en un comunicado.
Agregó que «el objetivo de esta primera reunión es analizar las modalidades sobre las que continuará el diálogo y también sobre los principios de los derechos humanos básicos en el contexto de diversas áreas temáticas bilaterales y multilaterales».
Bruselas y La Habana concluyeron la pasada semana en la capital europea su cuarta ronda de negociaciones de cara a alcanzar un acuerdo de diálogo político y de cooperación, consideradas por ambas partes como «constructivas» y que, según fuentes comunitarias, avanzan con más rapidez en sus aspectos económicos y comerciales que en los políticos.
Respecto a la evolución de estas tratativas que comenzaron en abril de 2014 y se espera concluir este mismo año, las fuentes indicaron que «se está en diferentes niveles, se hacen progresos en cooperación y también en el capítulo comercial y económico», que está casi cerrado.
Desde que europeos y cubanos iniciaron estas negociaciones, la UE ha subrayado la importancia que concede al capítulo de los derechos humanos y, según han indicado fuentes comunitarias, el acuerdo que se alcance con La Habana incluirá cláusulas de salvaguarda sobre su respeto, al igual que en todos los que la Unión firma con terceros países.
Esas cláusulas «con efectos suspensorios» estarán presentes en el acuerdo «como lo están en todos los acuerdos con países terceros… Si no se respeta eso, no hay acuerdo, y eso se ha dicho desde el principio», precisaron las fuentes europeas al término de esa cuarta ronda negociadora.
La Unión Europea aplica a Cuba desde 1996 la llamada «posición común», una política restrictiva que condiciona las relaciones con la isla a avances democráticos y en materia de derechos humanos.